Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna… (Groucho)
El otrora presidente de la Generalitat, el muy 'honorable' Jordi Puyol, vive sus horas bajas. En realidad, todo su clan familiar, esa especie de mafia calabresa que se ha llenado 'la butxaca' (el bolsillo) mientras alardeaba de catalanismo, de dignidad, de honradez. Más bien, han pecado de 'seny' (prudencia) en lo referente a sus cuentas monetarias. ¡Vaya faena, Puyoles!
Y llegados aquí, con los Bárcenas o los Ruiz Mateos 'in mente', yo me pregunto: ¿la semilla del choricismo será herencia genética, conducta ética o ambas a la vez? Lo peor en estos casos es que aún pagando algo no pagarán todo el daño moral y social que han hecho nunca, porque ya habrán caducado sus delitos o sus abogados encontrarán resquicios por donde salir indemnes. ¡País de pandereta!
<<